El ejercicio físico es de vital importancia en el tratamiento del sobrepeso y de la obesidad. En la mayoría de las personas la dieta por sí sola consigue pocos beneficios a largo plazo, si no se acompaña de ejercicio físico moderado y constante, que deberá mantenerse para el posterior mantenimiento del peso logrado.
El ejercicio más aconsejable es el moderado y habitual, mejor que el intenso y esporádico porque este último quema sobretodo glucógeno y no ayuda a quemar grasa, además es menos saludable para personas con poca forma física.
Por otra parte, en personas con exceso de peso conviene hacer ejercicio suave y gradual (sobre todo al principio) para evitar lesiones. En todas las personas conviene aumentar el tiempo dedicado a caminar.
Entre otras ventajas, el ejercicio nos aporta:
- Reducción de grasa corporal. A mayor peso, mayor cantidad de calorías gastamos para el tiempo, empleado en realizar actividad física.
- Regulación de la presión arterial, aumenta los niveles de HDL-colesterol y disminuyen los triglicéridos. Mejora la sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa.
- Aumento de la masa muscular corporal, y al aumentar esta se incrementa el peso aunque disminuya el volumen.
- Mejora la función articular y densidad ósea
- Mejora la capacidad cardiorrespiratoria
- Tiene efectos psicológicos positivos, ya que el ejercicio produce mayor confort, reduce la ansiedad y ayuda a controlar el estrés.
- En general disminuye la morbi-mortalidad por todas las causas, por lo que aumenta la esperanza de vida.
Firmado: Sara Gordo
